jueves, diciembre 31

EL PALACIO HUNEEUS VALDES





En abril de este año tuvimos la oportunidad de recorrer un interesante palacio de la calle Catedral que curiosamente, a pesar de su envergadura, parece haber sido relegado aun segundo lugar en los libros de arquitectura o patrimonio.
Bastó sin embargo, desempolvar algunos documentos para percatarnos que estábamos frente a un edificio que debe considerarse como histórico, pues fue propiedad de conocidos personajes nacionales, el hogar de una de nuestras más destacadas artistas y por si fuera poco, habría sido habitado por dos presidentes de la república.

Los invitamos a redescubrir el palacio Huneeus Valdés en este reportaje...








La calle Catedral es una oportunidad para observar parte del patrimonio que aun sobrevive en la siempre cambiante capital de Chile. Ahí está el templo católico más importante del país que da nombre esta calle, el antiguo Congreso Nacional con su pórtico neoclásico y sus jardines, también el famoso palacio Edwards hoy ocupado por la Academia Diplomática, y un valioso conjunto de frontis blancos que parecen haber tenido mejor suerte que algunos de sus vecinos, derribados por la vorágine inmobiliaria de los años 60.
Dentro de esas fachadas hay una que siempre nos llamó la atención por sobre las otras. Se trata de la numerada con el 1143: un edificio neoclásico de dos niveles decorado por grandes pilastras, hojas de acanto, águilas y rematado por un frontón triangular. ¿Qué misterios oculta?
Ya ninguno… nos dijimos al mirar a través de las ventanas del primer nivel y constatar que el interior había sido reemplazado por una planta libre de estética contemporánea. Grave error, pues tan sólo unos meses más tarde estaríamos en ese mismo lugar, caminando sobre mármol y abriendo las pesadas puertas de solemnes salones.

Grabado de la plaza del Congreso Nacional de Chile, al fondo a la izquierda, el Palacio Huneeus. 1901, Brockhaus F.A., Biblioteca Nacional de Francia.
El palacio Huneeus desde los jardines del antiguo Congreso Nacional de Chile. 2012, Archivo Patrimonial Brügmann.



Estamos ansiosos por entrar al palacio, pero antes revisemos rápidamente parte de su historia:
Los primeros registros que obtuvimos se remontan a 1871, momento en que la Sociedad Teatro Chileno pone en venta la propiedad a través de un remate público. El precio alcanzado fueron $20.250 pesos de la época, siendo transferida ni más ni menos que a José Manuel Balmaceda, Presidente de Chile y protagonista de una sangrienta Guerra Civil que lo llevará a la muerte un par de décadas más tarde. Parece haber sido él quien encarga la construcción del palacio, por lo menos así lo aseguran dos cronistas de la época –entre ellos su sobrino Eduardo Balmaceda Valdés- que se refieren al edificio como la residencia de Balmaceda.
Jose Manuel Balmaceda Fernández (1840-1891)
Este ex presidente se trasladará muy pronto a un nuevo hogar en la calle Catedral esquina Amunátegui, vendiendo la propiedad en 1879 al rico banquero Augusto Matte Pérez, reconocido también por su actuación política y servicios diplomáticos. Paradójicamente será él uno de los mayores detractores de su gobierno, y cuando estalla la Guerra Civil, decidirá unirse a las filas opositoras. El señor Matte habitó la casa junto a su pequeña hija Rebeca, quien más tarde se convertirá en una de las más importantes escultoras de américa, alcanzando el cargo de Profesora Honoraria en la Escuela de Bellas Artes de Florencia. Una placa dispuesta por el Instituto de Conmemoración Histórica en el frontis del edificio recuerda el paso de esta adelantada, homenaje que extrañamente asegura que ella nació en 1875 en la casa, año en que aun su padre no adquiría el inmueble.

Cierto o no, la vivienda estuvo pocos años en manos de los Matte, fue vendida en 1886 por la suma de $93.000 pesos a Jorge Huneeus Zegers, recordado por su desempeño en la política, su labor como docente, sus libros de derecho, su brillante paso como Rector de la Universidad de Chile, y por ser uno de los hijos de la compositora Isidora Zegers. A los 54 años, sin embargo, una súbita enfermedad cerebral lo obligará a alejarse de la vida pública y recluirse en su mansión, donde muere repentinamente el 21 de mayo de 1889. El palacio es traspasado entonces a su mujer, Domitila Gana Cruz quien vivirá en él hasta 1906, año en que es vendido a su hijo, el abogado Antonio Huneeus Gana, Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Pedro Montt.
Augusto Matte Pérez (1843-1913), Rebeca Matte Bello (1875-1929) y Jorge Huneeus Zegers (1835-1889), fueron reconocidos personajes que habitaron el palacio de calle Catedral.

El inmueble parece haber experimentado las primeras transformaciones hacia 1910, momento en que comienza a apreciarse en fotografías de la época, una segunda puerta en la fachada, lo que indicaría la división del edificio, convirtiéndolo en una casa de altos y bajos, solución muy común en las viviendas santiaguinas del período. Corrobora esta hipótesis la llegada de otro notable personaje al lugar, el político Juan Luis Sanfuentes quien asumirá la Presidencia de Chile en 1915, y que al momento de su campaña, tenía su domicilio en Catedral 1139 -la puerta secundaria del edificio-; una entrevista realizada por la revista Sucesos a Ana Echazarreta de Sanfuentes titulada ¿En casa de la futura Presidenta?, nos entrega una visión general de la casa durante ese momento: “La mampara se abre y nos encontramos ante una escalera de mármol. A la izquierda, en los bajos, se ve la puerta abierta de una amplia sala de despacho, y entre los muebles de cuero oscuro, allá en el fondo, muy lejana, la conocida silueta de D. Juan Luis Sanfuentes, semi velada en el humo de cigarros… En el último descanso de escalera que sirve de vestíbulo, aguardan su turno cuatro o cinco mujeres de curioso aspecto… De vez en cuando aventuramos la vista hacia el gran hall que se domina perfectamente desde allí por la ancha puerta abierta de par en par. Es un hall enorme, blanco, con techumbre de empolvados vidrios, por el cruzan a cada momento gentes atareadas… Nos conduce el sirviente a un saloncito amoblado en tono celeste y poco después aparece una señora de continente sereno y bondadoso... Lamento el haberlos hecho esperar –nos dice ofreciéndonos asiento- pero es tan grande el trajín en esta casa…” Revista Sucesos, 1914.

Hall original del palacio Huneeus Valdés, cuando era residencia de la familia Sanfuentes Echazarreta. Revista Sucesos, 1914.

El Presidente Sanfuentes en el hall del palacio. (MHN)

El gobierno de Sanfuentes es recordado por ser el último del período parlamentario, por sus numerosas rotativas ministeriales y por haber tenido que sortear una grave crisis económica producto de las bajas del salitre, lo que generó un malestar social permanente. Se dice que al término de su mandato, la figura imponente de Sanfuentes partió desde su casa en Catedral hasta el palacio de La Moneda a bordo del coche presidencial, mientras la multitud le arrojaba toda clase de elementos, fruta incluida. Esbozando su característica sonrisa llegó a entregar el mando al recién electo Arturo Alessandri, y abandonó para siempre la vida política, recluyéndose en su casa y posteriormente en su fundo Camarico, cercano a Talca, donde murió. En 1924 el primer nivel del edificio cambia radicalmente de uso, es arrendado por la firma Casanova Hnos., Martilleros de Hacienda. Esta sociedad estaba compuesta por Alfonso, Juan, Mariano y Manuel Casanova Vicuña; especialistas en arte que unieron sus conocimientos para formar una importante casa de remates, distribuyendo tres amplias secciones en los bajos de la casa. El primero estaba destinado a Remates y Consignaciones, el segundo a Exposición de cuadros, y el último era una exhibición de muebles de estilo y antigüedades. De algunas fotografías de la firma, se puede obtener una idea de cómo lucía esta antigua residencia, concentrada en un hall con columnas y piso de gres cerámico, al que se accedía por largo corredor. Es entonces cuando Antonio Huneeus Gana se traslada junto a su familia a los altos del edificio, ocupando los elegantes espacios que rememoran la silueta de los grandes apartamentos parisinos de la Bélle Époque y cuya fisonomía no ha sido alterada a través de los años. 
Acceso de la Casa de Remates Casanova Hnos., por el antiguo ingreso del palacio Huneeus. Album del Club de la Unión, 1926. Archivo Patrimonial Brügmann.
Interior de la Casa de Remates Casanova Hnos., en la primera planta del palacio Huneeus. Album del Club de la Unión, 1926. Archivo Patrimonial Brügmann.

Acompáñennos en este recorrido por el palacio Huneeus Valdés:
Escalera de acceso al palacio Huneeus, Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.

Escalera de acceso al palacio Huneeus, Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.


Planta del palacio Huneeus. Brügmann, 2015

El frío mármol algo oscurecido por los años nos recibe. Atrás se cierran las mamparas de madera para recluirnos en una cápsula del tiempo que ha permanecido décadas intacta. Estamos en un espacio pequeño, desde donde surge una escalera de mármol con pasamanos de madera tallada en estilo gótico, cuya apariencia nos recuerda la escalinata del hall del demolido palacio Urmeneta. Subiendo a través de esas gradas desgastadas, logramos llegar a un recibidor iluminado por una ventana que mira al Congreso y desde donde podemos comenzar nuestro recorrido por esta histórica mansión.
Para entender cómo se desarrolla el palacio debemos remitirnos a la planta que reconstruimos, donde podemos ver que los recintos de mayores dimensiones se organizan en torno a un hall ubicado al sur del edificio; mientras que los espacios domésticos como dormitorios, baños o servicios, se ubicaron rodeando una galería vidriada que circunda un patio de luz al norte del inmueble, a la que se podía acceder a través de diversos pasillos y puertas ubicadas estratégicamente. Esto marcaba una tácita división entre los espacios de uso público y privado, dejando al visitante la posibilidad de moverse con libertad por las áreas de recepción, sin toparse con las áreas de uso familiar. Respetando esta distribución, volvemos a ese pequeño recibidor junto a la escalera para atravesar a nuestra derecha por una mampara de vidrio que lleva a una pequeña salita de apariencia sencilla, cuyo mayor atractivo es el espacioso balconaje de fierro que permite tener una perspectiva única del antiguo Congreso Nacional. Cruzando una puerta llegamos a la habitación contigua, que es un salón de grandes proporciones decorado por elegantes paneles en los muros, un sencillo artesonado en el cielo y una serie de ventanas que aún conservan sus cenefas originales. Presumiblemente sirvió de estudio o biblioteca, pero lo que más llama la atención es el parquet y la brillante chimenea de mármol rojo, dispuesta en el muro norte, junto a una puerta de vidrio que abrimos para llegar al luminoso hall del palacio.

Salón del palacio Huneeus. Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.
Chimenea del palacio Huneeus. Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.
 Este espacio parece haber sido modificado con los años, pues las fotografías que obtuvimos de la entrevista a Ana Echazarreta de Sanfuentes nos muestran que originalmente tenía planta cuadrada, y que era delimitado por una serie de vanos de medio punto con columnas, hoy cerrados por grandes mamparas. A nuestro alrededor sólo vemos la elegante decoración neoclásica de los muros, el piso es de cerámica y hacia el sur una jardinera de mármol aún conserva algunas plantas y un fantástico medallón que representa al olvidado dueño de casa: Antonio Huneeus Gana.
Estado actual del hall del palacio Huneeus. Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.
Estado actual del hall del palacio Huneeus. Archivo Patrimonial Brügmann, 2015



A nuestra derecha, el hall se angosta y surge un espectacular recinto, sobrio y elegante, que sirvió como vestíbulo y zona de paso durante las grandes recepciones. Desde este punto es posible acceder a dos de los salones más importantes del palacio: El primero es una lujosa sala ornamentada con espejos adosados al muro, con decorativas molduras, piso de parquet y una enorme chimenea de mármol blanco, cuyo tamaño es difícil encontrar hoy en Chile. Fue seguramente una sala de baile, que se anexaba a otra mucho más pequeña por medio de un vano protegido por columnas, hoy tapeado.

Salón del palacio Huneeus. Archivo patrimonial Brügmann, 2015
Vestíbulo del palacio Huneeus. Archivo patrimonial Brügmann, 2015
La segunda fue presumiblemente el Comedor de la mansión, sala espaciosa que concentra hacia el norte un saliente cuadrado, iluminado por una ventana interior. Las puertas dispuestas simétricamente, llevan a una galería y a un pasillo de servicio, que conectaba seguramente el área de cocinas. La sala está decorada por finas molduras, y tiene la particularidad de presentar una chimenea de mármol negro, además de una puerta principal corrediza, que conecta este espacio con el salón de baile. Desde el Comedor se tiene también acceso a un amplio recinto ubicado al norte del hall, con forma rectangular e iluminado por sencillos vitrales ubicados en un saliente hexagonal. Este espacio permite conectar el área pública con la galería vidriada que rodea el patio de luz, donde se ubicaron los servicios y dormitorios de la familia.

Chimenea del Comedor del palacio Huneeus. Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.
Sala de estar del palacio, que conecta el área de recepción con la galería norte donde se ubican los servicios y dormitorios. Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.



La galería es luminosa y los pasillos amplios, por doquier se observan pequeñas habitaciones, algunas modificadas para nuevos usos y otras que aún conservan intactas las molduras o pisos. Muchas de ellas están conectadas, sobre todo las que dan hacia el pequeño callejón al poniente del inmueble, espacios que seguramente albergaron los dormitorios, salitas y baños privados de uso familiar. Al oriente la situación cambia, habitaciones más pequeñas, cerradas y oscuras, evidencian presumiblemente que estamos ante el área de servicio, que se complementaba con un entrepiso al que se accede por una pequeña escalera de madera, desembocando en un angosto pasillo al que dan diversas habitaciones iluminadas por pequeñas ventanas que reciben luz desde la galería.

Antonio Huneeus Gana (1870-1951). MHN

Antonio Huneeus Gana fue un importante político chileno, ocupó el cargo de Ministro de Justicia durante la administración de Riesco y a él se debe uno de los primeros proyectos de expedición a la antártica –que lamentablemente nunca se efectuó-, fue tres veces Ministro de Relaciones exteriores durante el gobierno de Barros Luco, luego de Sanfuentes y de Figueroa Larrain; también fue Ministro del Interior durante la presidencia de Alessandri, y como diputado participó en relevantes proyectos legislativos. Actuó también como docente, escritor de derecho, fue el creador del Juzgado de Policía Local de Santiago, Presidente de la Comisión de Admisión de estados en la Liga de las Naciones, Presidente de la Cruz Roja y la Sociedad Chilena de Historia. Carismático y activo hasta sus últimos años, era un conversador innato que reunía en su casa a la clase política, industrial, intelectual y jóvenes estudiantes que frecuentemente pedían audiencia para conocer a este verdadero personaje de la diplomacia y el derecho nacional. Uno de ellos fue el escritor Oscar Pinochet, quien recuerda: “cuando entré al Ministerio de Relaciones Exteriores a los veinticinco años de edad, don Antonio –en permanente contacto con ese organismo- me adoptó como su nieto preferido. Para quien estaba buscando como yo antecedentes de la presencia en Chile en la Antártica de principios de siglo, él era la historia viviente.Una tarde me invitó a su casa que, como dije, quedaba frente al Congreso Nacional y que hoy es anexo de la Cancillería. Nada más apropiado que su escala en penumbras para situarse de golpe en los años finales del siglo XIX, sensación que fue completada por los muebles y las gruesas cortinas de velo. En la mesa vi personas que en su tiempo debieron ser personajes, y el tono entero de la conversación se deslizó en un ambiente ligeramente fantasmal. El lenguaje mismo y su entonación era claramente de otra época; ellos vivían en un mundo que irremediablemente había quedado atrás…”
Huneeus Gana murió en 1951, terminando toda una etapa de historia nacional concentrada en esos oscuros salones. La vivienda pasó a otros propietarios, y en la década de 1970 los bajos fueron arrendados para albergar otro hito de la historia chilena, esta vez culinaria, pues se estableció ahí el famoso Restaurant La Ermita –de la familia Silva Comte- , considerado el primero que ofrecía comida internacional y el creador del menú ejecutivo. Las noches eran animadas por una selecta orquesta y el público concurría en masa a este sitio que se convirtió en uno de los más famosos restaurantes de Chile, visita obligada de turistas y todo aquel que quería disfrutar de una excelente velada. Más tarde el edificio sería arrendado a la Cancillería que mantuvo ahí sus oficinas hasta principios del siglo XXI. Actualmente el inmueble se encuentra en restauración y esperando nuevos usos.
El palacio Huneeus Valdés que recorrimos hoy se circunscribe a esas especiales mansiones que surgieron a principios del siglo XX en los altos de antiguos edificios residenciales. Su decoración elegante, sus espacios amplios y luminosos, el uso de grandes chimeneas, espejos, molduras, puertas corredizas y un sinfín de otros lujosos elementos, permiten apreciar el nivel que alcanzaron este tipo de viviendas encajadas en la trama homogénea del centro de la capital, un sitio donde convivían grandes palacetes individuales, casas de altos y de bajos, comercio, clubes, tiendas, fábricas, imprentas, cités y discretas casas de impronta colonial, en una verdadera armonía urbana que hoy es difícil de apreciar debido a los numerosos cambios de una ciudad caníbal que está despertando e implementando las medidas para conservar su patrimonio.
Es valorable destacar la labor y el cariño que han procurado tener con el inmueble sus actuales propietarios, la familia Olivari, quienes sin ayuda, han sabido mantener uno de los palacios más emblemáticos e históricos de Santiago.
Fachada del palacio Huneeus. Archivo Patrimonial Brügmann, 2015.

Autores
Mario Rojas Torrejón
Fernando Imas Brügmann
Brügmann, 2015 C

Este es sólo un extracto de nuestra investigación, si tienes más información de la casa, te gustaría aportar con imágenes o algún antecedente nuevo, no dudes en escribir a contacto@brugmann.cl; y así contribuirás junto a nosotros al rescate de la memoria patrimonial de todos los chilenos.




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